En el pueblo más cercano Roberto, su hijo Andrés y Martha desayunaban
desprevenidos ignorando la temporada de caza de humanos cuando se esconderse, afuera se escuchó un grito de júbilo. - Le di
al más grande. Decían. Entraron a la guarida de los humanos, Gum, el venado más
joven por su padre hasta el Rincón donde se encontraba Martha. - las hembras
ponen menos resistencia,.dispárale. Gum titubeó un poco, pero Haló el gatillo
con los ojos cerrados. Andrés miraba sus cascos y la punta de sus rifles
acurrucado bajo la mesa, asustado y temblando. Ellos se acercaron, los miraron
y se rieron. - Tómenme una foto con el crío y con la hembra para el periódico.
- Yo quiero una con el más grande, tiene suficiente piel para una alfombra. Al
pequeño podemos cazarlo en dos o tres temporadas. Gum no podía entender su
júbilo y su gloria y se atrevió a preguntar. - Somos herbívoros papá, porqué
los cazamos?. - Hay muchas manadas por ahí,hay qué controlar eso, son dañinos y
se reproducen rápido, no podemos permitir qué acaben con nuestro hábitat.
Además es un deporte, el más divertido de todos, ya lo entenderás. Arrastraron
sus trofeos de caza por la sala dejando un rastro de sangre y salieron de la
casa hacia el bosque entre carcajadas y gritos de fiesta. Cuando desperté
agitado, lamenté que solo hubiese sido un sueño,ellos tenían razón.
( Basado en el cómic Calvin y Hobbes.)